Los celos infantiles son uno de los temas que más preocupan a los padres con la llegada de un nuevo hermanito. Inevitablemente es así e inevitablemente tendremos que intentar gestionarlos del mejor modo posible. Hoy hablamos de esta cuestión, una vez más, porque yo también sé lo que es que uno de tus hijos sienta esta emoción. Te lo cuento a continuación

Le estaba haciendo pedorretas en el cuello a mi hijo de 10 meses cuando se abalanzó sobre mí Marc, mi hijo mayor de 3 años y medio, preguntándome: “Mami, ¿Y yo qué?”. A lo que le respondí ” A ti también pero aún más, muchas más”.
¿Por qué y cuándo aparecen los celos infantiles?
La llegada de un bebé siempre conlleva cambios en una familia, y cuando ya tienes otro hijo, los cambios no son solo para los padres. El niño mayor, que hasta el momento ha sido el rey de la casa ahora tiene otro papel y es inevitable que, tarde o temprano, aparezcan los celos.
Prácticamente todos los niños pasan por una etapa de celos infantiles a lo largo de su vida. Por eso debemos considerarlos como algo normal, pero también es cierto que depende de nosotros que se incrementen, cronifiquen o por el contrario, sirvan de ayuda para que los niños aprendan a resolver sus sentimientos negativos, a expresarlos de forma correcta, y para que aprendan también, a afrontar las frustraciones de la vida (quizás esta sea su primera frustración de una larga cadena de ellas ) lo que ayudará en su desarrollo emocional.
¿Qué podemos hacer los padres?
¿Cómo debemos tratar a nuestro hijo para que los celos infantiles desaparezcan? ¿Debemos prestarle una mayor atención que a los demás hijos? ¿Qué podemos hacer para que mejore su comportamiento? ¿Debemos tratarle con más afecto que a sus hermanos?
Es bueno que tratemos de entender los sentimientos del niño que siente celos, ya que son un sentimiento nuevo para él y le resulta muy difícil expresarlos.
Cuanto más pequeño sea, más difícil le será entender porqué tiene que querer a ese “intruso” que le “robó” el amor de su mamá.
La expresión conductual o la forma de reaccionar ante la llegada de un hermano varía de un niño a otro. Pero lo cierto es que los celos infantiles pueden manifestarse de la siguiente manera:
- Algunos niños pueden manifestarlos con más rabietas de las que solían hacer, expresando su rabia contra mamá (la causante de este malestar) o
- pueden volverse más inhibidos.
- Otros reaccionarán ignorando al hermano.
- Y muchos es probable que hagan alguna regresión en su modo de hablar, actuar, dormir o en el control de esfínteres.
Por esto, los padres y la familia en pleno, debemos ayudarlos a superar estos sentimientos para que aprendan que compartir el amor de sus padres no quiere decir que lo pierden.
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Algunas sugerencias para minimizar los celos infantiles:
- Tratar a cada niño como un ser único no como iguales. Cada hijo es único y debemos tratar a cada hijo como un ser individual, por mucho que pensemos que debemos tratarlos de la misma manera, cada uno tiene su forma de ser y sus propias necesidades, y deberemos atenderlas de forma concreta, ajustada a ellos. Si bien la cantidad de amor, tiempo y atención hacia nuestros hijos será la misma, debemos tratarlos como seres individuales, no como iguales.
- Evitar las comparaciones siempre. Las comparaciones son odiosas dice un dicho y es totalmente cierto porque solo hacen que aumentar los celos infantiles. De manera que evitemos dañar su autoestima comparando un hijo con otro.No menospreciemos a unos ni vanagloriemos a otros. Cada niño es un ser especial.
- Pasar tiempo a solas con tus hijos. Una de las pautas o consejos que te reomiendo seguir y que reduce en gran medida los celos infantiles es buscar un momento para cada uno de tus hijos. Haz actividades a solas con tu hijo mayor, para que no se sienta desplazado, para que se sienta querido y atendido.
- Establecer límites claros. La educación en valores es fundamental para reducir los celos en los niños. Debemos enseñarles que se tienen que respetar mutuamente: los hijos mayores no se deben burlar o aprovecharse de la ingenuidad de los hermanos menores, ni los menores tienen que aprovecharse de su ingenuidad para culpar a los hermanos mayores de sus travesuras.
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En conclusión
Los padres hemos de tener paciencia ante los celos infantiles, puesto que este es un proceso, que dependiendo de la personalidad de cada niño, llevará más o menos tiempo, más o menos problemas. Y sólo el tiempo y ayudando día a día a nuestro hijo los celos irán desapareciendo.
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