La autoestima de nuestros hijos es uno de los temas que más suele preocuparnos a la mayoría de padres y madres. Todos deseamos que nuestros hijos crezcan sanos y felices. Que sean niños con una buena autoestima y capaces de desarrollar las habilidades sociales suficientes para tener éxito en su futura vida personal y social.

Consideraciones previas
Una función esencial y fundamental como padres es, precisamente, facilitar el desarrollo de una autoestima positiva en los niños. Para ello no hay nada mejor que el respeto, el cariño y el amor que sentimos hacia ellos.
Sin embargo, en ocasiones, no siempre conseguimos demostrárselo con bastante claridad. El estrés, el ritmo de vida que llevamos y las tensiones que acumulamos pueden desencadenar situaciones en las que hacemos o decimos algo de lo que más tarde podemos arrepentirnos. Gritamos, castigamos, ignoramos … y sin darnos cuenta podemos estar dañando la autoestima de quienes más amamos.
Y es que el papel de los padres en el desarrollo de la autoestima de nuestros hijos es básica y primordial. Lo hemos ido viendo en otras otras entradas del blog que hacen referencia a la autoestima.
El cariño, el motor del desarrollo de una buena autoestima
El cariño es el motor básico para fomentar el desarrollo de una buena autoestima. Sin muestras de cariño y amor nuestros hijos, al no sentirse queridos ni valorados, desarrollarán una baja autoestima.
Esto es debido al modo por el cual se forman una imagen de sí mismos que no es de otro modo que a través de la conducta que los demás muestran hacia él. De modo que, nuestros hijos necesitan sentirse valiosos y reconocidos por las personas que le rodean, pero sobre todo por nosotros: sus padres.
Como padres debemos ser capaces de transmitir a nuestros hijos la importancia que tienen dentro de nuestra familia, cubriendo no solo sus necesidades más básicas de higiene, alimentación, escolarización, … También satisfaciendo las necesidades que todo niño tiene de ser amado, respetado y aceptado.
Mantener una actitud cariñosa y positiva, saber elogiar los logros y esfuerzos de nuestros peques con sonrisas, abrazos y palabras de ánimo, les ayuda a desarrollar una adecuada autoestima. Es importante reforzar la autoestima del niño desde bien pequeños, cuando aún son bebés y empiezan a lograr pequeños éxitos vitales, como darse la vuelta, gatear, ponerse en pie, empezar a andar, …
El halago, elogio o reconocimiento es un gran reforzador de la autoestima, pero esto sí, debe ser auténtico y honesto, si lo utilizamos como algo puramente mecánico pierde todo su sentido. (Recomiendo la lectura del artículo escrito en este blog sobre El poder de elogiar, en el cual se explica el modo más correcto de alabar a nuestros niños para que el elogio se convierta en un motivador importante, pero también es importante que leas «Elogios que frustran, decepcionan o desmotivan«).
Un niño que se siente valioso y capaz de afrontar nuevas situaciones de manera positiva, con confianza en sí mismo, que se siente bien y cree en sus posibilidades es capaz de afrontar mejor los problemas y dificultades que se le presentaran a lo largo de la vida.
Los padres debemos estar atentos a ciertos comportamientos de nuestros hijos. Observándoles, escuchándoles, viendo cómo se desenvuelven en situaciones determinadas para detectar si tienen o no confianza en sí mismos, si están desarrollando una correcta opinión sobre ellos y si su autoestima es adecuada. Si observamos que nuestro hijo habla mal sobre sí mismo, muestra poca confianza en sus capacidades o abandona rápidamente una tarea porqué cree que es incapaz de ejecutarla, estamos delante de un niño con una baja autoestima y pesimista.
Los niños, y en general, las personas con una baja autoestima tienen sentimientos de inferioridad, se sienten aisladas, culpables, incapaces, deprimidas, inseguras, …
Por todos estos motivos es tan importante que durante los primeros años de vida de nuestros hijos, durante su infancia, cuando nosotros somos su principal fuente generadora de autoestima, seamos capaces de transmitirles que son valiosos y aceptados tal y como son.
Evitar las comparaciones o críticas destructivas, las que no aportan nada como «Qué patoso eres!», «Qué lento eres», «Es que no vas a aprender nunca a este ritmo», » ….» Todos estos comentarios, si se repiten de forma continuada y habitual acaban por hacer mella en el niño, y acabará creyendo que es realmente lento y patoso, incapaz de aprender nada ni de hacer algo bien. Por eso es tan importante que midamos las palabras con las que nos referimos a nuestros pequeños.
Para saber qué hacer y cómo fomentar una adecuada autoestima en nuestros hijos te recomiendo la lectura del artículo publicado en este mismo blog con el título: Autoestima. Sugerencias para fomentar una buena autoestima en nuestros hijos.
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Te dejo recomendándote este libro, «Me encanta como soy«, reseñado en el blog para fomentar la autoestima de los más pequeños de la casa.