El estilo de padres que somos influye en la forma de educar a nuestros hijos. En consecuencia éstos crecerán con mayor o menor autonomía, seguridad o autoestima. Porque no es lo mismo vivir bajo las normas de unos padres muy autoritarios que en una familia donde no existen límites ni se establecen pautas para nada.

Estilos educativos ¿Qué son?

Tener un hijo y educarlo es una experiencia única, excepcional, maravillosa pero a la vez no es una tarea fácil, no lo negaré.

A lo largo del desarrollo de nuestro hijo y de su crecimiento, a medida que se nos planteen nuevos retos educativos, nos asaltaran dudas y preguntas relativas a si lo estamos haciendo bien como padres.

Es normal plantearnos cómo podemos mejorar. O cuestionarse si estamos  haciendo lo mejor para nuestros hijos o en qué nos estamos equivocando…

Cada persona, cada padre o madre, cada familia tiene su propia forma de ser y hacer, su modo de comportarse, sentir y expresar su afecto hacia sus hijos. Este conjunto de actitudes, sentimientos y patrones de conducta hacia el niño, son lo que conforman el estilo educativo.

Encontramos así diferencias muy importantes en la forma de educar que van desde:

  • padres muy restrictivos que tienden a usar como método de disciplina el castigo o la amenaza, imponiendo reglas a sus hijos, coartando su libertad e inhibiendo sus iniciativas

a

  • padres que se muestran tan permisivos que no ponen ningún tipo de norma ni límite a las conductas de sus hijos y les dejan hacer.

El punto de equilibrio lo encontramos en los padres democráticos, aquellos que ponen normas y límites, pero que se adaptan y flexibilizan en función de las características evolutivas de sus hijos.

Estos patrones educativos, todos sin excepción, influyen en el desarrollo psicológico y social de nuestros hijos.

Tipos de padres en función de sus estilos educativos

Según han demostrado diferentes investigaciones referentes a los estilos educativos, conforme seamos y nos mostremos hacia nuestros niños desarrollaran un modo u otro de comportamiento, así podemos ver y encontrar que:

Padres afectuosos y tolerantes.

Sus hijos son activos, sociables, creativos, independientes. Quieren aprender a hacer las cosas de los mayores y dominar el ambiente. Ocasionalmente se muestran desobedientes e irrespetuosos.

Padres afectuosos y restrictivos.

Tienen hijos sumisos, conformistas, tímidos, poco creativos, dependientes y con baja agresividad.

Padres rechazadores y tolerantes.

Sus hijos son activos, poco sumisos, con altas dosis de agresividad y con altas posibilidades de que en un futuro presenten problemas delictuales.

Padres rechazadores y restrictivos.

Tienen hijos retraídos, huraños, con baja capacidad de asumir el papel adulto. Se trata de niños a los que no se les permite mucha libertad y se les castiga con frecuencia. Estos niños sienten hostilidad hacia sus padres pero no pueden externalizarla, por lo que es frecuente que presenten conflictos internos importantes.

Tal y como podemos observar, el modo en el que expresamos nuestro afecto y la forma de poner normas y límites a nuestros hijos es muy variable y diversa, produciendo importantes consecuencias en el desarrollo psíquico y social de nuestros pequeños.

Te invito a reflexionar sobre esta temática y a replantear, si así lo crees necesario, tu forma de educar a tus hijos.

Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con Máster en dificultades del aprendizaje (ISEP) y Postgrado en Psicopatología infantojuvenil (ISEP). He trabajado como asesora y orientadora de padres y maestros en diferentes escuelas concertadas de Barcelona y como reeducadora de niños que presentaban diferentes dificultades en su aprendizaje. Actualmente dirijo Mamá Psicóloga Infantil desde donde oriento a padres en temas de crianza, desarrollo y educación. Esto me permite compaginar mi faceta de madre a tiempo completo sin dejar de lado mi actividad profesional.