El cyberbullying es una forma de agresión y acoso ejercida a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). Para agredir a un compañero de clase los adolescentes o preadolescentes usan sus teléfonos móviles de última generación conectados a internet y empiezan a emitir mensajes insultantes o amenazas, aunque no solo eso como veremos a lo largo de este artículo.

El cyberbullying es un fenómeno creciente entre los adolescentes. Recientes estudios han encontrado que entre un 20% y un 40% de los adolescentes han sido víctimas de cyberbullying en alguna ocasión. El cyberbulling se asocia con diversos problemas de ajuste psicológico y social para las víctimas, al igual que el bullying tradicional que se ejerce dentro de las aulas.
Algunas formas de cyberbullying:
- envío de mensajes insultantes,
- amenazas,
- difusión de fotos o vídeos humillantes,
- acoso a través del envío de numerosos mensajes, correos electrónicos o llamadas,
- gravación en vídeo o realización de fotos mientras la víctima es obligada a realizar algún tipo de acto humillante, comprometido o mientras es agredido para difundirlo posteriormente por las redes sociales.
El bullying o acoso escolar, según estudios recientes, se solapan, es decir ambos fenómenos co-ocurren con frecuencia. Un agresor de bullying tradicional fácilmente se convierte en un agresor cybernético acosando a su victima a través de todos los medios que tenga a su disposición, pero a la inversa se da con menos frecuencia. En próximos artículos veremos la relación entre ambos poniendo sobre la mesa los datos de los estudios realizados sobre esta temática.