La pregunta se repite una y otra vez ¿cómo hago para que mi hijo me obedezca? ¿Qué debo hacer? ¿En qué me he equivocado hasta ahora? o ¿qué ocurre que no hay modo que mi hijo haga nada de lo que le pido? … La gran mayoría de personas que llegan hasta, éste, mi humilde blog, lo hacen en búsca de respuestas a esta eterna cuestión.

¿Qué debo hacer para que mi hijo me obedezca?
Esta pregunta se repite tenga la edad que tenga nuestro hijo, ya sea un peque de 2 años como un adolescente de 15.
Se repite porque por más que nos empeñemos en pensar que los niños deben obedecer a los padres siempre y en todas las ocasiones, lo cierto es que nuestros pequeños tienen criterio propio. Un criterio que no siempre encaja con lo más adecuado en ese momento o en lo que nosotros creemos que deben hacer.
Una de las muchas funciones de ser padre o madre es intentar encauzar esos deseos, pensamientos, criterios y/o ideas de nuestros hijos y encajarlos en el día a día. Algunas veces enseñándoles a esperar. Otras enseñando a aceptar la frustración limitándoles con un claro no y otras sencillamente cambiando de opinión, porque aunque seamos padres no siempre tenemos razón.
Contenido relacionado: Cómo enseñar a mi hijo a tener paciencia
Los padres no siempre tenemos la razón
Este punto es el que quizás nos cueste más aceptar y por ello modificar.
Hay que mirarse al espejo y ver qué hacemos mal nosotros para intentar cambiar ese mal comportamiento o desobediencia, más que intentar una vez tras otra que nuestro hijo nos obedezca sí o sí.
Este no es un artículo con fórmulas mágicas para que de un día para otro nuestros hijos se conviertan en dóciles personitas, obedientes y sumisas. Nada de eso, no lo quisiera para nada, y si realmente existieran esas fórmulas … qué miedo ¿verdad?
Se trata más bien de un artículo que quiere ser una invitación a la reflexión para padres y madres, entre las que me cuento. Padres y madres preocupados realmente por la educación de sus hijos y por enseñarles aprender a pensar por sí mismos, distinguiendo el bien del mal.
Pero para llegar hasta aquí el camino es largo, duro y difícil. Quien crea lo contrario y espere encontrar la respuesta en una lista de cómo hacer para que sus hijos se porten bien … Se equivocan.
Los psicólogos, psicopedagógos o pediatras podemos dar pautas, claro está, pero el trabajo es individual, de cada familia, un trabajo que debe adaptarse a cada niño, circunstancia y lugar.
Yo misma he publicado varios artículos en este mismo blog dando pautas y la verdad es que deben leerse como lo que son, pautas, no como instrucciones o manual de uso de cómo cambiar el comportamiento de un niño, son solo pautas, formas que ayudan a encauzar y entender comportamientos para gestionarlos mejor.
Contenido relacionado: Para educar no existen ni varitas ni fórmulas mágicas
¿Por qué desobedece mi hijo?
Lo cierto es que existen muchos y variados motivos por los que los niños nos desobedecen o no nos hacen caso o hacen lo que ellos quieren. La verdad es que no siempre recordamos que son pequeños y que su forma de ver el mundo no es exactamente igual que la nuestra.
Muchas veces los tratamos como si fueran como pequeños adultos cuando en realidad tienen poco más de 5 años, por poner una edad.
Otra cuestión a plantearse es:
- ¿realmente nos desobedecen o sencillamente se despistan y sus mentes van allí donde realmente quieren estar?
- ¿Nos desobedecen por sistema o por evolución?
- ¿Nos desobedecen siempre o quizás no tantas veces?
- ¿Las cosas esas tan importantes para nosotros lo son también para ellos?
- ¿Es de vital importancia que haga “x” o se coma “y” o se ponga los pantalones azules?
Probablemente encontremos la respuesta a esa desobediencia si pensamos bien las respuestas a estas preguntas.
No hay que luchar constantemente por todo, debemos priorizar y darnos cuenta que nuestros hijos no son nuestros enemigos, son solo niños aprendiendo a hacerse mayores.
Como padres debemos escoger cuáles son las prioridades en lo que queremos enseñar o transmitir y dejar de enfurruñarnos y empeñarnos en que hagan lo que hemos dicho sí o sí, sencillamente porque lo digo yo (aunque haya ocasiones en las que quizás deba ser así, sobre este tema podéis leer ¡Porque lo digo yo! ¿Está bien o está mal contestar así a nuestros hijos?)
Ahora que ya hemos revisado algunos de los puntos importantes sobre por los que los niños no nos obedecen … ¿sigues preguntándote qué hacer y por qué tu hijo no te obedece? ¿De verdad es tan importante que tu hijo te obedezca todo el tiempo sin pararse a pensar? ¿Es la obediencia un valor tan importante? ¿Quieres que tu hijo tenga criterio propio o que crezca en la sumisión? …
Para concluir
Recuerda que puedes recibir post como éste y contenido extra en tu correo electrónico al suscribirte a mi boletín de noticias.
Y no olvides compartir este artículo con otras personas de tu entorno o a través de tus redes sociales. Seguro que entre todas las personas que conoces habrá alguna que se esté preguntando ¿Que tengo que hacer para que mi hijo me obedezca?
Ahora sí, antes de que te vayas te propongo otros artículos que he escrito en la sección Ser Padres
- Acompañar a los niños en el duelo
- Formas de mantener a los niños alejados de las pantallas
- Cómo gestionar una mudanza con niños
- Consejos para fomentar la creatividad y la imaginación en los niños
- Las fórmulas más eficaces para gestionar conflictos y discusiones con tus hijos
- 10 regalos originales para bebés recién nacidos
- Los beneficios clave de leer cuentos a tus hijos para su desarrollo
- Tratar adicciones en adolescentes
- Día de Internet Segura: 5 Consejos tecnológicos para que nuestros hijos naveguen sin sufrir ciberataques o estafas.
- Parálisis cerebral infantil: qué cuidados necesita tu hijo