Según un estudio reciente las clases de música mejorarían notablemente las habilidades lingüísticas de los niños que asisten a este tipo de actividad. Los niños que participan activamente muestran unas mayores puntuaciones en el procesamiento del pensamiento, eso es lo que afirman los investigadores.

flauta travesera

Una mayor participación en clases de música podría beneficiar al desarrollo lingüístico de los niños. La investigación se ha centrado en un grupo de alumnos de Harmony Project, una organización sin fines de lucro que ofrece educación musical e instrumentos a niños pobres de Los Ángeles. Durante dos años, los niños que participaron activamente en las clases mostraron unas mejoras más notables en la forma en que el cerebro procesa el lenguaje y la lectura, en comparación con los que tenían unos niveles más bajos de participación.

Además, los beneficios de la participación activa en las clases de música ocurrieron en las mismas áreas del cerebro que son tradicionalmente débiles en los niños de familias pobres, según el estudio, publicado en la edición en línea del 16 de diciembre de la revista Frontiers in Psychology.

En un comunicado de prensa de la Universidad de Northwestern la autora líder del estudio, Nina Kraus, profesora de ciencias de la comunicación, neurología y fisiología de la universidad comentó que

“Incluso en un grupo de estudiantes altamente motivados, unas variaciones pequeñas en la participación musical (la asistencia y la participación en clases) predijeron la potencia del procesamiento neural tras el entrenamiento musical”,

“Nuestros resultados respaldan la importancia de la experiencia activa y la participación significativa con el sonido para estimular cambios en el cerebro”, añadió.

Asistir a clases de música puede en realidad “remodelar” el cerebro de un niño de una forma que mejora la capacidad para procesar el habla, una capacidad que se vincula de cerca con la lectura. El hallazgo del estudio es importante para los niños de familias pobres, que procesan el sonido de forma menos eficiente. Esto aumenta el riesgo de que les vaya mal en la escuela, advirtió Kraus.

“Lo que hacemos y la forma en que interactuamos con el sonido tiene un efecto sobre nuestro sistema nervioso”, afirmó. “Pasar tiempo aprendiendo a tocar un instrumento musical puede tener un efecto profundo sobre el funcionamiento de nuestro sistema nervioso”.

Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con Máster en dificultades del aprendizaje (ISEP) y Postgrado en Psicopatología infantojuvenil (ISEP). He trabajado como asesora y orientadora de padres y maestros en diferentes escuelas concertadas de Barcelona y como reeducadora de niños que presentaban diferentes dificultades en su aprendizaje. Actualmente dirijo Mamá Psicóloga Infantil desde donde oriento a padres en temas de crianza, desarrollo y educación. Esto me permite compaginar mi faceta de madre a tiempo completo sin dejar de lado mi actividad profesional.