Crecer con la tablet en las manos. La tecnología transforma el modo de aprender de nuestros hijos.

Leo en el periódico La Vanguardia del jueves 24 de octubre de 2013 un artículo titulado “Crecer con la 
tableta. La tecnología hace cambiar el aprendizaje infantil.” Lo leo con atención porque ya para empezar algunas de las cosas que describe las vivo yo en primera persona con mis dos pequeños.

Por ejemplo, ellos también se asombran cuando ven que el televisor del comedor no responde a sus caricias y que por mucho que aprieten la pantalla con su pequeño dedo índice … no ocurre absolutamente nada.

Karen Márquez, cofundadora de Infantium, sitio web donde he participado como pluma invitada en en su blog con un artículo titulado “Generación Wireless”, nos da alguna de las claves por las que los niños se sienten tan atraídos por esta tecnología táctil. (hemos eliminado los links debido a que la web no se encuentra disponible, actualización 19/06/2017)

Un niño no puede utilizar un ordenador porque tiene una motricidad reducida pero las tablets son una herramienta muy  natural, a los ocho meses pueden empezar a interactuar con ella. Karen Márquez

Por otro lado, y siguiendo con lo que en propia persona estamos viviendo con mis hijos, debo admitir que Marc de 5 años también aprende a leer y a escribir con la tablet. Cada día practicamos, debe leer a diario según lo que me sugirió su tutora y así lo hacemos. En apenas 3 días de práctica ya se notó su mejora. Practicamos con el método tradicional, en papel, pero también con el ipad. Y este tipo de lectura lo motiva a seguir leyendo cada día un poco más y cada día un poco mejor.

Pero no solo lee, hace puzzles, aprende a sumar, aprende inglés, escucha canciones, ve dibujos … Y su hermano de 2 años, Pol, igual. Hay ocasiones que incluso yo me sorprendo de lo ágil que es al manejar la tablet y lo rápido que aprende qué es lo que debe hacer en cada una de las aplicaciones que abre. Y por supuesto tiene sus preferidas y son las que mayormente utiliza.

Según lo publicado en el artículo que menciono, existe prácticamente unanimidad entre los expertos tecnológicos que el uso de dispositivos móviles desde bien temprana edad está haciendo cambiar los procesos cognitivos de nuestros hijos, hecho que deberían tener en cuenta (y mucho) los maestros, profesores e instituciones educativas.

Los niños pequeños ( y me refiero a bebés de 8-10 meses a 5 años), al entrar en contacto con esta nueva y revolucionaria tecnología son capaces de procesar la información mucho más rápido, se convierten en niños multitarea, reaccionan más rápido y se adaptan mejor a los cambios.

En conclusión, la tecnología nos está transformando, pero sobretodo transforma el modo de aprender de nuestros hijos quienes tienen a su disposición tantísimas aplicaciones que se nos hace complicado escoger las más adecuadas. De todos modos no hay que olvidar que a pesar de ser muy útil debemos tener sentido común y no permitir que estén todo el día con la tablet en las manos.

Todo es bueno en su justa medida. La sociedad americana de pediatría recomienda que los niños de 2 a 5 años no estén más de 2 horas al día delante de la pantalla. No olvidemos tampoco que no conviene dejarlos solos, sin supervisión, hay que acompañarlos, estar con ellos y guiarles.  La tablet, sea la que sea la que tengamos, es una mera herramienta que nos facilita la vida y promueve el aprendizaje. Es tarea nuestra como padres saber utilizarla adecuadamente y escoger los contenidos que queremos para nuestros hijos.

Fuente: La Vanguardia, jueves 24 de octubre de 2013
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Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con Máster en dificultades del aprendizaje (ISEP) y Postgrado en Psicopatología infantojuvenil (ISEP). He trabajado como asesora y orientadora de padres y maestros en diferentes escuelas concertadas de Barcelona y como reeducadora de niños que presentaban diferentes dificultades en su aprendizaje. Actualmente dirijo Mamá Psicóloga Infantil desde donde oriento a padres en temas de crianza, desarrollo y educación. Esto me permite compaginar mi faceta de madre a tiempo completo sin dejar de lado mi actividad profesional.