Mamá Psicóloga Infantil

¡Una de piratas! Más que disfrazarse.

Al disfrazarse, el niño da alas a su fantasía, a su imaginación y creatividad. En esta etapa, de los 3 hasta los 6 años, el mundo del niño está reinado por su imaginación: habla con sus muñecos, crea situaciones e inventa personajes y escenas de todo tipo. 



Yo guardo en una gran caja de plástico  todo aquello que puede resultar interesante para crear un disfraz  (plumas, cintas, una corbata de papá, orejas de gato, boinas de pintor, batas, …) y es que disfrazarse es un excelente método para que los niños expresen sus inquietudes, pensamientos, sentimientos … lo que contribuye a fortalecer el desarrollo cognitivo y emocional de nuestros peques.

Al disfrazarse, el niño da alas a su fantasía, a su imaginación y creatividad. En esta etapa, de los 3 a los 6 años, el mundo del niño está reinado por su imaginación: habla con sus muñecos, crea situaciones e inventa personajes y escenas de todo tipo. Entre los 3 y 6 años los niños viven lo que denominamos la edad mágica. Es decir, el mundo de lo real y lo imaginario se entremezclan. Aquí todo es posible.


Más que un juego de disfraces. 

Pasar una tarde disfradándose, jugando a ser un pirata, una princesa, un indio arapahoe, una hada, … a parte de proporcionar a nuestros hijos diversión y felicidad a raudales, disfrazarse ayuda a los niños a desarrollar su creatividad, liberar tensiones y a expresar sus sentimientos, de un modo sencillo, lúdico y casi inconsciente.Cuando un niño se disfraza, eligiendo ser el personaje que en ese momento le apetezca ser, está aprendiendo a expresarse libremente, a hacer cosas que siendo él mismo probablemente no haría poniendo en marcha el pensamiento simbólico. 


A través de “jugar a ser” y “disfrazarse de” podemos ayudar a nuestros hijos a explorar su personalidad, a afrontar nuevos retos y/o aponerse en el lugar de otro, fomentando la empatía


Os propongo una actividad para que reflexionemos de qué modo nos ven nuestros hijos:

Observa cómo juega tu hijo cuando juega ser “papá” o “mamá”, analizando un poco lo que hace y dice podrás interpretar de qué modo te percibe, qué actitudes, palabras, frases son las que imita … reflexiona sobre ello. Es interesante realizar este ejercicio, te animo a que lo pongas en práctica y, si te apetece compartas aquí tu experiencia.

Salir de la versión móvil