Mamá Psicóloga Infantil

¡Porque lo digo yo! ¿Está bien o está mal contestar así a nuestros hijos?

En muchas ocasiones habremos tenido la tentación de responder a nuestros hijos con un contundente “Porque lo digo yo”, es más, creo que lo habremos dicho más veces de las que creemos y queremos admitir. Pensemos bien en ello y meditemos sobre cuándo ha sido la última vez que respondimos así o estuvimos tentados a ello.


¿Hay algo de malo en esta afirmación? ¿Es realmente antipedagógico responder con un “porque yo lo digo”?

Probablemente estemos a punto de responder que sí porque creemos que:
  1. al contestar de este modo a nuestros hijos parece que les estemos lanzando una amenaza de castigo si no hacen las cosas del modo que decimos, 
  2. porque parece que no demos la opción a escoger o a decidir,
  3. porque parece que estemos utilizando un estilo educativo autoritario y no democrático como a nosotros nos gustaría tener. 

Por eso, y por otros tantos motivos que cada uno de nosotros como padres podemos tener evitamos en gran medida frases del tipo “Porque lo digo yo”.

Pero … ¿Tenemos derecho a contestar así alguna vez ante la insistencia de nuestros hijos?

Personalmente y profesionalmente creo que sin lugar a dudas tenemos el derecho y la obligación como padres de dejar claro que somos nosotros, los padres, quienes ponemos las pautas, las normas y los límites en la educación de nuestros hijos. Eso sí, sin caer en autoritarismos que tan nefastos son para el crecimiento y desarrollo de los niños.

Junto a un “porque lo digo yo” debe ir siempre un implícito mensaje de :

  • “es así porque quiero que seas un niño bien educado” ,
  • “es así porque de este modo es el modo adecuado de proceder”,

Por tanto debemos trabajar estos mensajes con anterioridad, equilibrando la “rigidez” de una norma con su explicación razonable y transimitida con afecto y cariño.

Y así, aunque parezca dictatorial utilizar el “porque yo lo digo” esto no debe impedir que nuestros hijos sepan que lo que les estamos diciendo es por su bienestar y que en algunos casos, no podemos negociar porque hay cosas inegociables.

Es inegociable permitir que se quite la chaqueta en pleno invierno cuando hace frío y está resfriado, es inegociable cualquier acción relacionada con la higiene y salud personal (lavarse las manos tras ir al baño, cepillarse los dientes después de las comidas, …) Sí, se hace “porque lo digo yo”, porque ya te he explicado lo importante que es para tí mantenerte limpio y sano, y no hay más que discutir, por ejemplo.

Todo, en su justa medida y con sentido común tiene sentido y puede ser educativo y por tanto pedagógico.

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