Ya sabemos que todos los bebés no son iguales, que cada uno desde el mismo momento de nacer se comporta de un modo distinto, que reaccionan de un modo diferente a los estímulos, unos son más llorones, otros más tranquilos. ¿Pero nos influye su modo de reaccionar ante el mundo a la hora de cuidar de ellos? ¿El temperamento de los bebés es tan poderoso como para que cuidemos de un modo un otro de ellos en función de cómo son? En este artículo nos plantemos si es así o si por el contrario el temperamento de los bebés nada tiene que ver con el modo que tenemos de cuidar de nuestros pequeños.
Como podemos ver en el artículo “El temperamento de los bebés” todos los bebés son diferentes, pero a grandes rasgos podríamos agruparlos en tres grandes categorías según su temperamento. (El temperamento es algo innato, es el modo que cada uno de tiene de reaccionar ante situaciones y personas).
- Bebés de temperamento agradable o fácil.
- Bebés con temperamento reservado o apático.
- Bebés con temperamento difícil.
¿Influye el temperamento de mi bebé a la hora de relacionarme con él y cuidarlo?
Los diferentes tipos de temperamento de los bebés y su influencia en la crianza.
Bebés con temperamento agradable o fácil.
Son niños rítmicos que tienen habitualmente pautas regulares de alimentación, sueño e higiene. Son bebés que se adaptan bien a los cambios de situación y generalmente tienen un humor alegre y positivo.
Los papás con bebés de temperamento agradable tienen una experiencia muy gratificante, ya que la crianza de su bebé es generalmente fácil.
Mi experiencia, con mi primer hijo que tuvo este temperamento, fue muy satisfactoria. En ningún momento tuve los miedos típicos de madre primeriza. Todo era fácil y la crianza de mi bebé fluía cómodamente y sin exigirme grandes esfuerzos.
Bebés con temperamento difícil.
Los papás de niños con temperamento difícil requieren altas dosis de paciencia, ya que por mucho amos, cariño, constancia que pongan, este tipo de bebé suele alterar mucho a quien les cuida. A menudo se sienten culpables y se creen que tienen alguna responsabilidad por el temperamento de su bebé. Sienten emociones de culpa, de incompetencia y ansiedad.
Bebés de reacción lenta o de temperamento reservado o apático.
Los papás de bebés reservados han de tener mucha paciencia y tratar de mostrar a sus bebés situaciones novedosas, despacio y con calma.
El resto de los bebés presenta características de dos grupos o de los tres sin que los podamos incluir claramente en ninguna de las tres categorías.
Tal y como hemos visto, el temperamento de nuestros bebés influye claramente en cómo nos relacionamos con él y en el modo de cuidarlo.