Escuchar y hablar con nuestros hijos a veces no es fácil, sobretodo con los adolescentes, pero no solo con ellos. También con los más pequeños de la casa a veces tenemos dificultades comunicativas: no nos escuchan, no les escuchamos, parece que ya no tenemos tiempo ni para hablar, ponemos la tele y nos olvidamos de lo verdaderamente importante: el diálogo y la comunicación con nuestros hijos. Y no cabe duda que la mejor forma de conocerles es escuchándoles.

 

Familia sentada en el parque.


Ser padre no es un trabajo fácil, es un trabajo constante y mantener una buena comunicación con nuestros hijos puede ser todo un reto, sobretodo con adolescentes. Pero podemos aprender cómo hablarles y escucharles para mantener una comunicación fluida y saludable y con ello mejorar el clima familiar.

Estos consejos, enfocados a padres de niños pre-adolescentes y adolescentes son útiles también para papás y mamás de niños pequeños. Cuanto antes aprendamos a hablar y a escuchar a nuestros hijos mejor porqué a comunicarse también se aprende. Mantener una comunicación fluida desde que son pequeños nos ayudará a no perderla cuando se hagan mayores.

No perdamos la oportunidad de escuchar y hablar con nuestros hijos. Escucharles es el primer paso para entenderles.

3 Consejos para mejorar la comunicación con nuestros hijos.

Estar disponibles.

  • Observemos y estemos atentos sobre el momento en el cual nuestros hijos tienen más ganas de hablar, por ejemplo: a la hora de dormir, antes de la cena, en el coche. Y sea el momento que sea el que tengan más ganas de hablar …debemos estar  disponibles.
  • Iniciemos nosotros la conversación, no tengamos miedo. Preguntémosles cosas sobre su vida cotidiana, hagámosles saber que nos importa lo que les ocurre en sus vidas, lo que piensan, lo que sienten.
  • Busquemos un momento a la semana para hacer una actividad de uno-a-uno con cada uno de nuestros hijos, y evitemos que cualquier otra actividad no la interrumpa. Ese es su momento, no lo estropeemos. 
  • Aprendamos acerca de los intereses de nuestros hijos, por ejemplo; su música favorita y actividades, … y mostremos interés en ellas.
  • Inicie conversaciones compartiendo alguna cosa sobre lo que hemos estado pensando, esto favorece el diálogo más que una sencilla pregunta que puede responderse con un sí o con un no. 

Transmitirles a nuestros hijos que les estamos escuchando.

  • Cuando iniciemos una conversación con nuestros hijos, y ellos nos estén   hablando de sus cosas, intereses, preocupaciones, … procuremos dejar lo que estemos haciendo (nada de tele, móviles, tablets o cualquier otro elemento o actividad que debilite la comunicación). Lo único que debemos hacer es escuchar.
  • Si estamos hablando con un adolescente, intentemos estar en esa delgada línea en la que mostramos interés en lo que están diciendo sin ser entrometido.
  • Escuchemos sus puntos de vista, aunque sea difícil de escuchar.
  • Dejemos que acabe de hablar antes de responder.
  • Un buen modo de transmitir que estamos prestando atención y que escuchamos lo que nos dicen es repetir aquello que nos acaba de decir, para asegurarnos también que hemos entendido correctamente sus palabras.

Responder de manera que nuestros hijos nos oigan

  • Paciencia. Intentemos evitar reacciones fuertes como los gritos o regañinas. Los niños parece que se desconectan cuando nos en enfadados y no nos escuchan. Solo nos ven enfadados.
  • Expresemos nuestras opiniones sin menospreciar las suyas; es importante reconocer que está bien estar en desacuerdo.
  • No tiene sentido discutir sobre quién tiene la razón, así que intentemos evitarlo. Es mejor un mensaje del tipo “Sé que no estás de acuerdo conmigo, pero esto es lo que pienso.”
  • Centrarnos en los sentimientos de nuestro hijo en lugar del nuestro durante su conversación facilita el entendimiento y hace más fácil la comunicación.

Recordemos:

 

  • Preguntar a nuestros hijos lo que pueden querer o necesitar de nosotros, puede que solo necesiten hablar o quizás buscan consejos o  simplemente que les escuchemos mientras descargan el estrés de su día a día, …
  • Los niños aprenden por imitación. Muy a menudo, van a seguir nuestro ejemplo en la forma de manejar la frustración  el enfado, cómo resolver problemas y cómo enfrentarse a situaciones difíciles.
  • Hablemos con nuestros hijos. Evitemos sermonear, criticar, amenazar, o decir cosas hirientes.
  • Los niños aprenden de sus propias decisiones. Siempre y cuando las consecuencias no sean peligrosas, dejemos que se equivoquen.
  • Escuchemos atentamente lo que dicen, animémosles a hablar,…

 

La educación y la crianza de los hijos es un trabajo duro, pero escuchar y hablar es la clave para una relación saludable entre nosotros y nuestros  hijos. 

  • Si hace tiempo que estamos teniendo problemas con nuestros hijos adolescentes, quizás deberíamos considerar la posibilidad de consultar con un psicólogo para saber cómo resolver la situación.

 


Adaptado de los Textos de ayuda de la APA (American Psychological Association)

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Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con Máster en dificultades del aprendizaje (ISEP) y Postgrado en Psicopatología infantojuvenil (ISEP). He trabajado como asesora y orientadora de padres y maestros en diferentes escuelas concertadas de Barcelona y como reeducadora de niños que presentaban diferentes dificultades en su aprendizaje. Actualmente dirijo Mamá Psicóloga Infantil desde donde oriento a padres en temas de crianza, desarrollo y educación. Esto me permite compaginar mi faceta de madre a tiempo completo sin dejar de lado mi actividad profesional.