¡Mama cole, mama cole! repite una y otra vez mi hijo de 2 años cuando ve a su salir a su hermano mayor cada mañana dirección al cole. Él no va a la guardería, está conmigo desde que nació. No tengo nada en contra de los jardines de infancia, escuelas infantiles o las mal llamadas “guarderías”, todo lo contrario. Pero la decisión fue que hasta los dos años estaría en casa, al igual que lo estuvo su hermano.
Yo, soy de ese grupo de madres que decidió hacer un parón profesional y dedicar su esfuerzo y energía a cuidar y acompañar a sus pequeños durante sus primeros años. Muchas otras, en cambio, no tienen posibilidad de escoger o tienen muy claro que continúan su vida profesional sin realizar grades cambios tras convertirse en madres. Sea como sea el caso, todas nos encontramos en algún momento u otro ante la disyuntiva de qué hacer con el bebé cuando tenemos que trabajar.
¿Qué alternativas tenemos si no queremos llevar a nuestros hijos a la guardería?
Ante a la necesidad de organizar el cuidado de los niños podemos encontrar alternativas variadas que van desde los abuelos u otros familiares hasta las madres de día o las escuelas infantiles. Cada familia deberá evaluar su situación y valorar cual de las diferentes opciones es la que mejor le conviene.
Sea cual sea la opción escogida, guardería, abuelos, niñera o madres de día, siempre pueden surgir inconvenientes, ya que ninguna de ellas suple la presencia de mamá (sobretodo antes de los 24 meses). Pero sin duda alguna, hay que asumir alguna decisión cuando nos vemos ante la necesidad de tener que dejar a nuestros pequeños por motivos laborales. Existen guarderías que aceptan a bebés desde los 3 meses, atendidas por profesionales muy cualificados que tratan a los pequeños con cariño en un ambiente familiar y acogedor.
Bajo mi punto de vista, y teniendo en cuenta que en las escuelas infantiles los niños están muy bien atendidos, antes de los 18-24 meses los bebés no se benefician demasiado de las múltiples ventajas que ofrecen este tipo de establecimientos como el desarrollo de la psicomotricidad o del lenguaje o la estimulación de la socialización de nuestros pequeños.
Ahora bien, cuando los niños llegan a los 18-24 meses pueden gozar de todas aquellas actividades que se realizan en la guardería: pintura de manos, cuentacuentos, juego heurístico, bits de inteligencia, juegos de estimulación y desarrollo de habilidades psicomotrices, … este es el momento en el que nuestros pequeños pueden empezar a aprender en otros lugares diferentes a los que está habituado. Pero cuidado con las despedidas.
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