
Los hijos nos hacen vivir en una montaña rusa emocional. Nos reímos con ellos, lloramos por ellos y los sentimientos que despiertan en nosotros no son comparables con los que tenemos por otras personas. Por eso, cualquier cosa que vemos que les preocupa, inquieta o desequilibra nos preocupa, inquieta y desequilibra a nosotros también. Si notamos un cambio en la conducta de nuestro hijo, que normalmente referiremos a peor, nos preocupará y nos quitará horas de sueño.
Si has notado un cambio en la conducta de tu hijo y estás preocupada, debes saber que los niños pasan por diferentes fases de equilibrio y desequilibrio. Momentos como la crisis de los 2 años o el paso de infantil a primara , sobre los 6, o en la preadolescencia y adolescencia. Cambios que corresponden a momentos evolutivos totalmente normales.
Sin embargo, hay que prestar atención especial si de repente nuestro hijo tiene un cambio de conducta, especialmente si ha pasado por alguna situación como:
- inicio guardería o escuela,
- cambio de domicilio o colegio,
- separación o divorcio de los padres,
- enfermedad o muerte de un familiar cercano,
- nacimiento de un hermano,
- o cualquier hecho vital que cause estrés en los pequeños.
¿Qué tipo de cambios observamos?
Los cambios en la conducta son los más evidentes, porque vemos como, por ejemplo nuestro hijo ha pasado de ser un niño tranquilo a un niño inquieto, nervioso, impulsivo, con mal comportamiento. Un niño que no obedece y parece que no atiende a normas o límites por más que lo intentemos.
A veces estos comportamientos forman parte del proceso normal de crecimiento y de formación de la personalidad, por tanto es bueno que los niños desobedezcan de vez en cuando y nos pongan en duda lo que les decimos, esto significa que van formando un criterio propio sobre cómo deberían ser las cosas (aunque estén equivocados).
En síntesis, los cambios de conducta más importantes que podemos observar en los niños cuando les ocurre algo y que nos debe poner en alerta son entre otros los siguientes:
- si tiene frecuentes e intensas rabietas más allá de los 5 años,
- presenta desobediencia sistemática,
- mantiene conductas agresivas,
- presenta conductas impulsivas e hiperactivas, está más movido e inquieto de lo normal
- se muestra apático o desinteresado,
- llora por todo,
- se enfada por todo,
- …
Cuando esto ocurra no dudes en consultar con tu pediatra y pedir cita con el tutor del colegio para saber si hay algo que se nos escapa. Nuestros hijos, mediante este tipo de comportamientos nos están pidiendo ayuda, algo les ocurre y debemos cuanto menos intentar minimizar el dolor emocional que sienten sea cual sea la causa.
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