Todos los niños tienen, han tenido o tendrán miedo. Miedo a quedarse solos, a la oscuridad, a los monstruos, a los ruidos, las tormentas, a los extraños, al cole, … Cualquiera de estos miedos puede aparecer en alguna etapa de su vida y es normal que así sea, lo malo es cuando el miedo paraliza e impide realizar las tareas cotidianas con normalidad. Es en estos casos cuando debemos intervenir y buscar ayuda si es necesario, pero antes de llegar a este punto como padres podemos adoptar una serie de medidas o estrategias para prevenir y tratar los miedos infantiles.
¿Cómo podemos prevenir y tratar los miedos infantiles?
Lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos cuando tienen miedo es
- Ofrecerles seguridad y tranquilizarlos.
- Decirles que sus miedos son tonterías no les ayudará, hemos de intentar comprenderles pero sin sobreprotejerlos.
- Escuchémosles, dejemos que nos expliquen a qué tienen miedo y … intentemos darles una explicación que puedan entender.
- No ridiculizar llamándoles miedicas, miedosos o adjetivos similares.
- No debemos asustarles como estrategia coercitiva, es decir, para que nos obedezca. Esta es una de las primeras precauciones que debemos tomar, evitar recurrir a personajes fantásticos y terroríficos para lograr la obediencia de los niños. Ellos tienen una fantasía enorme que les hace confundir la ficción con la realidad. El “lobo”, la “bruja”, los “monstruos”, entran en la mente de nuestros hijos fuerte y rápidamente, aún sin que nosotros lo pretendamos. Este tipo de estrategia es nociva y para nada recomendable.
- Es fundamental preguntarse por las causas de sus miedos, normalmente se trata de que el niño se siente inseguro, por tanto nuestra labor esencial como padres es proporcionarle seguridad. Seguridad ante un perro que se acerca por la calle, seguridad ante los truenos, seguridad en la oscuridad de un pasillo … es decir, que nos observe manteniendo la calma ante ese tipo de suceso que le atemoriza.
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