La retirada del pañal y el control de los esfínteres representa una de las etapas más importantes del crecimiento y desarrollo de nuestros hijos. Es por ello que “cómo y cuando he de quitarle el pañal a mi hijo” sea una de las preguntas más habituales de muchas madres.
Uno de los momentos casi más temidos a partir de los dos años es, junto con el de eliminar el chupete, el de la retirada del pañal. Pero en realidad es mucho más fácil y sencillo de lo que nos imaginamos, ya que nuestro hijo será capaz de superar esta fase de forma natural.
Alrededor de los 24 meses nuestro hijo es capaz de tener control diurno de los esfínteres, pero como siempre, cada niño necesitará su tiempo. Los hay que enseguida se sienten preparados para afrontar esta etapa y otros no, por lo que debemos respetar sus ritmos.
Lo importante es que afrontemos los primeros días con calma. Una vez hayamos decidido que vamos a retirarle el pañal, tenemos que estar preparados para los fracasos que van a suceder, probablemente muchos durante los primeros días.
Una vez tomada la decisión, se lo explicaremos a nuestro pequeño y le preguntaremos también si quiere que le quitemos el pañal. Tengamos en cuenta que es probable que nos diga que no. En estos casos, si el niño todavía no se siente preparado yo recomiendo que esperemos, no tengamos prisa y pospongamos un poco más esta resolución. Es mejor esperar a dar marcha atrás una vez hemos emprendido este camino, ya que podemos confundir a nuestros pequeños.
¿Cuánto tiempo tardará en acostumbrarse?
Dependerá de cada niño. La retirada del pañal para acostumbrarse a utilizar el orinal es un proceso individual, ya que se trata de una cuestión de madurez y de carácter del niño. En algunos casos nos parecerá eterno y en otros será mucho más sencillo. Pero como siempre seguir unas rutinas nos puede ayudar a llevar mejor este momento así como conocer unos cuantos trucos que podemos utilizar.
¿Cuando es el mejor momento para retirar el pañal?
Los primeros días.
En esta decisión han de colaborar todos los que están a cargo de nuestro hijo. abuelos, canguros, guardería.
Debemos motivar al peque para que utilice el orinal, no debe verlo como una exigencia o imposición nuestra. Se trata de que lo vea como algo positivo para su crecimiento y que se sienta orgulloso. Para ello podemos utilizar un sistema de puntos o tabla de incentivos.
Nuestra actitud debe ser positiva, no regañarle ante los fracasos. Se trata de premiar los éxitos para que se sienta motivado para seguir adelante y afrontar con éxito esta fase.