Mamá Psicóloga Infantil

Cómo no sentirse mala madre

Es difícil no sentirse mala madre cuando las cosas no salen como tú las esperabas, deseabas o soñabas. También es normal sentirse mala madre cuando estás tan cansada que levantas más de lo debido la voz a ese ser que tanto amas. Yo también he sentido esta punzada en mi interior. Y es por ello que hoy quiero dedicar este post a este sentimiento que de vez en cuando nos invade a todas. Sí, yo diría que a prácticamente todas, sí a todas las madres. Incluso aquellas que jamás podrán admitirlo ni en voz alta ni por escrito.

Cómo, cuándo y por qué aparece este sentimiento de mala madre

Si te paras a pensar, te darás cuenta que sentirse mala madre es un sentimiento que nos persigue en muchas ocasiones. Un sentimiento que vivimos en silencio, temiendo ser juzgadas negativamente por nuestro entorno.

En muchas ocasiones nos sentimos malas madres incluso antes de serlo. Y es que esta sensación se va gestando en nuestras mentes ya a lo largo del embarazo. Quizás incluso mucho antes de ese momento. Pero hoy no entraré en esta cuestión ya que merece un post a parte.

Sentirse mala madre durante el embarazo

La idea de mala madre suele rondarnos por la cabeza por diversas razones a lo largo del embarazo pero algunas de ellas pueden ser por:

Sentirse mala madre durante los primeros meses del bebé

Con suerte, te habrás librado de esta sensación durante estos primeros nueve meses, pero no creas que será por mucho tiempo ya que la sombra de la mala madre sobrevolará sobre tu cabeza en cuanto sostengas a tu bebé entre tus brazos.

¿Cuáles son los motivos en esta ocasión? He aquí algunos:

Sobre estas cuestiones reflexiona María Martín Gómez en su libro “Diario de una filósofa embarazada” que te recomiendo leer.

Sentirse mala madre a lo largo de toda la infancia y adolescencia

Y cuando toda esta etapa finaliza no creas que termina el sentimiento de mala madre. No, sigue y más fuerte si cabe todavía. Porque …

En resumen, sea el momento en el que sea que te encuentres hoy que lees este post puedo decirte que las expectativas irreales y la idealización de la maternidad junto con una mala regulación emocional son las principales fuentes de las que se alimenta esa idea de mala madre que no deja de perseguirte. Y sí, cierto. A mí también me ocurre, me ha ocurrido en el pasado e intento poner fin a esta eterna sensación de culpa.

Te explico cómo a continuación.

¿Cuántas veces me he sentido mala madre?

Cuántas veces me habré sentido mala madre tras uno de esos días difíciles en los que los niños no obedecen o he alzado más de la cuenta la voz. La de veces que me he sentido mal por no haber sabido gestionar adecuadamente una situación, por no haber controlado mi estrés o haberme dejado llevar por la rabia o el enfado. ¡Cuántas veces me he sentido la peor madre del mundo por perder la paciencia y comportarme como alguien que en realidad no soy!

¿Cuántas veces te has sentido tú así?

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Quizás alguna, muchas o ninguna, aunque creo que sentirse mala madre en alguna ocasión es algo que viene incluido en el pack. No obstante, hoy quiero dedicar este post a mejorar nuestros sentimientos respecto a nuestra forma de vernos como madres.

Mi hijo mayor me da unas lecciones increíbles. Con él aprendo más de lo que nadie se puede imaginar. Y pese que en muchos momentos creo que nada de lo que hago o digo sirve para nada o pienso que no es lo correcto, al final, la vida me demuestra (una y otra vez) que todo cuanto hago tiene un sentido y da resultados a largo plazo. Recientemente, tras uno de esos días difíciles me me dejó sin aliento al pronunciarme una de esas maravillosas frases que de vez en cuando le salen del alma.

 “Mami, no te preocupes, a nadie le enseñan a educar a sus hijos.”

No llorar ante algo así es difícil. No emocionarse ante estas palabras de un niño de 8 años casi recién cumplidos es complicado. Sí, me emocioné, lloré y reflexioné. Porque es necesario parar y reflexionar. Educar es difícil, y en algunos casos más difícil de lo que creíamos.

¿Pero cómo no sentirse mala madre? 10 consejos para vivir mejor tu rol de madre

Estos son algunos de los puntos que te sugiero aplicar cuando te sientas mala madre.

  1. No hay madre perfecta, ni padre con superpoderes. Todos nos equivocamos de vez en cuando. La perfección no existe por más que te la quieran vender.
  2. Eres la mejor madre para tu hijo. Confía en tí misma, en tu instinto, en lo que te dicta el corazón y la razón. Confía en tu forma de hacer las cosas, no dejes que te influencien terceras personas ni te conviertas en una madre fundamentalista de la última teoría sobre crianza o educación que hayas leído.
  3. Rebaja tus expectativas tanto hacia tí misma como hacia tus hijos.
  4. Admite tus limitaciones, no puedes abarcarlo todo ni mucho menos controlar cada una de las situaciones que tus hijos van a vivir.
  5. Siéntate  un ratito cada día con tus hijos. Habla con ellos, léeles un cuento o sencillamente escúchales y mírales mientras juegan.
  6. Abrázalos y pídeles perdón si te has equivocado. Con ello no te mostrarás más débil, todo lo contrario, estarás dando ejemplo. Cuando uno se equivoca pide perdón, sea quien sea.
  7. Para educar no existen fórmulas y varitas mágicas.
  8. No te pases todo el día riñendo a tus hijos. Aprende a escoger tus batallas.
  9. Acepta a tus hijos como son.
  10. Y recuerda, poner límites a los niños no les traumatiza.

No te avergüences de reconocer tus errores, no eres perfecta, nadie lo es, ni siquiera quienes aparentan serlo.

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