No os vais a creer lo que una actividad tan sencilla y cotidiana como batir unos huevos puede ser capaz de aportar a nuestros hijos. No temáis, no tengáis miedo de que se ellos se ensucien o de que os dejen la cocina hecha un asco, vale más todo lo que les vais a enseñar que cualquier otra cosa. Que no os abrume el pánico de ver un niño de 2 o 3 años en la cocina al lado de unos huevos, porque es sencillamente fantástico ver cómo van aprendiendo a dominar su cuerpo, sus manos y su mente.

batir huevos

Siempre que tengo ocasión intento pasar tiempo con mis hijos en la cocina, ya sea preparando algo especial o una simple tortilla a la francesa. Tengo la dichosa suerte de poder estar con ellos todo el tiempo del mundo, dejé mi trabajo para acompañarles en el viaje de hacerse mayores, para estar a su lado cuando necesiten ayuda y para enseñarles todo cuanto pueda.

De la enseñanza formal ya se encargan las escuelas, yo soy mamá y me toca enseñar de otro modo, pero no por ello menos importante. Diría sin temor a equivocarme que muchos de estos primeros aprendizajes son los más importantes porque son la base de todo lo demás, así que si tenéis vais a hacer una tortilla esta noche poned en práctica esta actividad, pedid a vuestro peque que os ayude a batir unos huevos.


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¿Qué aprenden nuestros hijos al batir huevos?

A los niños les encanta estar en la cocina, al menos a los míos, siempre quieren ver qué hago, qué pasa cuando, por qué hago esto o aquello. Tanto es así que nunca he tenido problema en dejarles desgranar guisantes, separar las claras de las yemas, empanar carne o batir unos huevos.

  • Cuando un niño entra en la cocina y le permitimos hacer algo con nosotros estamos trabajando su autonomía y fomentando su autoestima. El niño se siente parte de algo importante, de la elaboración de algo que para él es casi mágico, se siente útil y por tanto su autoconcepto crece.
  • Batir huevos requiere cierto grado de domino manual por lo que esta tarea favorece la psicomotricidad de las manos de nuestros hijos.
  • Además fomenta la atención y concentración, el niño debe estar atento a lo que hace para no salpicar y manchar fuera.
  • Permite introducir nuevo vocabulario por lo que es una actividad excelente para trabajar el lenguaje, no solo oral sino escrito si pedimos a los más mayores que nos escriban o lean la receta que estamos elaborando fomentando de esta manera la lectoescritura de un modo totalmente diferente al modelo escolar.

Anímate y deja que tus hijos aprendan contigo, verás que experiencia más buenas les vas a ofrecer.

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Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con Máster en dificultades del aprendizaje (ISEP) y Postgrado en Psicopatología infantojuvenil (ISEP). He trabajado como asesora y orientadora de padres y maestros en diferentes escuelas concertadas de Barcelona y como reeducadora de niños que presentaban diferentes dificultades en su aprendizaje. Actualmente dirijo Mamá Psicóloga Infantil desde donde oriento a padres en temas de crianza, desarrollo y educación. Esto me permite compaginar mi faceta de madre a tiempo completo sin dejar de lado mi actividad profesional.