A pocos niños les gusta perder cuando juegan, se enfadan y suelen saltarse las normas para intentar ganar a toda costa.
Hace unos días recibía esta consulta a través de mi página de Facebook a la que atendí y dí respuesta. Pero prometí también escribir un artículo sobre ello.
“Hola !!! una consulta, quería saber a que se debe que los niños de 4 o 5 años en determinados juegos con reglas, tratan de esquivar esas reglas o no cumplirlas y resolver por sus propios medios, no respetando la consigna del juego. Como haciendo trampa para ganar de todas formas. Muchas Gracias, espero que pueda responder.”
Consideraciones previas
Cierto, a algunos niños (por no decir que a prácticamente a todo los niños) no les gusta perder cuando juegan. Sí, se enfadan, patalean, insultan, lloran, tiran cosas por el suelo, escupen, … dicen que hemos hecho trampa o que “esta no vale porqué ….” La verdad es que debemos enseñarles que unas veces se gana y otras se pierde.
La capacidad de aceptar las derrotas o asumir que no se puede ganar siempre es un signo de madure. Como padres, poco a poco, debemos ayudar a nuestro hijo a desarrollar su capacidad de aceptación de las frustraciones.
Intolerancia a la frustración y sobreprotección
Durante los tres – cuatro años es normal que nuestros hijos quieran ser siempre los primeros y ganar en todos los juegos. Evolutivamente se encuentran en una etapa caracterizada por su pensamiento egocéntrico, todo gira alrededor suyo. Pero en esta etapa es bueno ir enseñándoles que no siempre se puede ganar. No es necesario ser excesivamente estrictos pero es importante enseñarles a aceptar la frustración que supone una derrota.
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Sabemos que muchas veces, con toda la buena intención del mundo papás, mamás, abuelos u otros familiares o educadores dejamos que los pequeños nos ganen para que se sientan felices. Pero cuidado porqué estamos actuando de un modo incorrecto.
Un niño sobreprotegido y acostumbrado a salirse siempre con la suya o ganar siempre en casa, es un niño que en el cole no sabrá aceptar las derrotas y tendrá un mal perder.
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Algunos niños cuando juegan a cualquier cosa y pierden se enfadan muchísimo, insultan, gritan, hacen trampas, dejan el juego … Estas actitudes debemos corregirlas cuanto antes para fomentar un buen desarrollo personal y social de nuestros hijos.
Aprender a perder, a sumir la frustración que supone una derrota es necesario para el buen desarrollo personal y social de los pequeños. Nosotros los padres podemos ayudarles de diferentes formas, porqué nosotros somos su principal referente.
No le gusta perder … Consejos para los padres
- Es fundamental saber transmitir el mensaje de que jugamos para pasar un rato agradable en compañía de nuestros amigos o de papá, mamá o de quien sea con quien juguemos.
Si el mensaje que transmitimos o inculcamos a nuestros pequeños al jugar es el de competir y ganar siempre para ser siempre el mejor, desde mi humilde opinión creo que, es incorrecto y altamente perjudicial.
2. Igual de importante es controlar nuestras reacciones. Esto es, no es necesario alabar y elogiar en exceso al ganador como tampoco ridiculizar ni reírnos del perdedor.
No son convenientes frases del estilo :
- “¡Que bien has vuelto a ganar, eres todo un campeón!”
- o “Ala, ala, te he ganado, je je je ”
De manera que intentaremos controlarlas un poco, sobre todo si se las decimos nosotros, los padres. Esto es porque la imagen que el niño se va formando de sí mismo es aquella que ve reflejada en nosotros, la que nosotros le transmitimos.
3. Conviene también enseñar a nuestros hijos las consecuencias de sus reacciones excesivas cuando pierde, y potenciar el buen perder. Un niño que se enfada siempre cuando pierde acaba resultando un niño antipático con el que nadie quiere jugar.
4. Poner límites a su enfado. A pesar de que es bueno que nuestros hijos sientan y expresen su enfado y frustración por no haber ganado o sido el primero, también es conveniente no dejar que el enfado vaya más allá. Conviene enseñarles a reprimir esas reacciones infantiles de gritar, tirarse al suelo, patalear
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